En verano es muy lindo disfrutar del aire libre y aprovechar las largas horas de luz solar para realizar diferentes actividades al exterior. Y entre ellas se suma la práctica de deporte. Sin embargo, es importante tomar ciertos recaudos para que la actividad sea placer ¡y no comprometa la salud! ¿Qué hay que tener en cuenta? ¿A qué hay que prestarle especial atención? Según explica Lara Gheco, médica cardióloga (MN 162108) de INEBA, la actividad física es un factor imprescindible para mejorar nuestra calidad de vida y aumentar nuestra esperanza de vida, pero el verano nos obliga a tomar algunos recaudos para la realización de la disciplina que elijamos. Entre ellos, la hidratación ya que la deshidratación produce consecuencias graves en nuestra salud. “Por otro lado, es recomendable realizar ejercicio en el amanecer y el atardecer, evitando las horas centrales del día (de 11 a 18 horas). En cuanto a la vestimenta se recomienda prendas ligeras, de colores claros. Y, por último, utilizar protector solar siempre”, detalla.

PREPARACIÓN PREVIA

Como explica la especialista, previo al inicio de cualquier ejercicio físico –en cualquier momento del año– tenemos que realizar una consulta médica con un chequeo cardiovascular para poder detectar la presencia de patologías que pueden empeorar con el esfuerzo o evaluar factores de riesgo cardiovascular como hipertensión arterial, diabetes, obesidad, dislipemia.

Hablando de la actividad del verano, debemos tener en cuenta que el calor genera que perdamos más cantidad de agua mediante el sudor, por lo que es imprescindible que nos hidratemos antes, durante y después del ejercicio. “Es recomendable consumir entre 2 y 3 litros al día, y medio litro más por cada hora de ejercicio realizado. Se sugiere no tomar bebidas gaseosas ni aguas saborizadas ni alcohol ni cafeína para hidratarse, y aumentar el consumo de frutas y verduras”, detalla. 

¡CUIDADO CON EL CALOR!

Durante esta época hay que estar alertas a nuestra exposición al calor para evitar sofocones o peor y más grave aún, sufrir un golpe de calor. “El golpe de calor es una condición que se da como resultado del exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. Para prevenirlo, hay que mantenerse bien hidratados, permanecer en lugares frescos y ventilados en las horas del día de mayor temperatura, no realizar ejercicio físico extenuante en dichos horarios, priorizando momentos del día como la mañana o la noche. Realizar pausas frecuentes durante el ejercicio y, en lo posible, realizar la actividad de forma supervisada”, concluye la especialista.

DOS ACTIVIDADES SUGERIDAS

Por supuesto, que son muchas las opciones de ejercicio o deporte que se pueden hacer. Hoy recomendamos dos clásicas que tienen muchos beneficios:

CAMINAR. Es el ejercicio aeróbico por excelencia. Es importante caminar al menos 30 minutos, 5 veces a la semana a una intensidad moderada, que es de alrededor de 5 a 7 km/h. En la caminata debemos tener en cuenta siempre dos variables en la ecuación: intensidad y tiempo. El momento ideal para caminar, es por la mañana, en las dos horas posteriores a levantarnos.NATACIÓN. Las piletas en verano son una gran herramienta para movernos y mantenernos frescos. Por supuesto, acá aplican los mismos cuidados con respecto a los horarios y la exposición al calor y el sol. La natación es uno de los deportes más completos donde se trabajan casi todos los grupos musculares y cuya práctica sostenida trae muchos beneficios para la salud. ¡Empezar en el verano es ideal para convertirlo en hábito y continuar durante todo el año en natatorios climatizados!